A principios de diciembre de 2018 realizamos una labranza, la primera desde hace un año.
La hierba era abundante en ese momento y quedó, de ese modo, incorporada al suelo como materia orgánica.
Pasadas las fiestas de año nuevo, volvimos a introducir nuestro rebaño de 10 ovejas en el viñedo, hasta el día 18 de febrero cuando apenas habría qué comer. El trabajo de las ovejas, un año más, fue muy productivo. Sus excrementos mantienen la fertilidad del suelo, con el aporte justo de nutrientes naturales. Se favorece también la actividad microbiana del suelo a través de la fermentación de la materia orgánica viva aportada.
Este año adelantamos el inicio de la poda al día 11 de marzo, para que no se alargara más allá de los primeros días de abril.
Las cepas jóvenes, de apenas dos años y aún desprotegidas, sufrieron daños con las tres granizadas del 2018.
Empezamos la poda por las cepas más desarrolladas. Queríamos aprovechar el lloro para captar el máximo de nutrientes, a pesar del riesgo de helada. Seguimos a continuación con las más débiles, retrasando su movimiento, ya que su capacidad de desarrollo es muy limitada para enfrentarse a las heladas tardías.
El 8 de abril, ya metidos en primavera, finalizamos la poda invernal. Las yemas de los brazos de un año estaban desborrando, mientras las de los brazos más viejos aún no lo habían hecho.
El 25 de abril un 5% del Chardonnay y Viognier empezaban a desplegar sus primeras hojas (apenas 3 cm). El resto del viñedo se encontraba parado con el desborre desde hacía 10 días.
Tuvimos un retraso de 15 días respecto de 2018, lo que supuso que la vendimia se alargara hasta el 5 de octubre, cuando las temperaturas ya habían bajado mucho. La incertidumbre empezó pronto esta campaña.
Este año ya se aprecia la nueva visión que María José Fernández, nuestra enóloga, ha introducido en el manejo del viñedo.
Se está renovando la madera de las cepas y el viñedo presenta una formación que va ganando uniformidad. La cepas más jóvenes se han podido podar en “Y” y empiezan a dar sus primeros racimos.
Esta campaña hemos tomado la drástica decisión de favorecer el crecimiento y fortalecimiento de la planta en detrimento de la producción que, en cualquier caso, será de gran calidad.