Cosecha 2020

La pandemia nos mantuvo aislados. Se anuló todo tipo de visitas, catas y festejos. Como siempre, la cosecha se llevó a cabo a mano pero, en esta ocasión, en la mayor intimidad.

A cambio de tanto desasosiego, la producción fue espectacular, la más abundante desde la plantación en 2011. Se logró un incremento del 15% respecto de la cosecha de 2017 (la más abundante hasta la fecha), lo que significa un gran revulsivo y una gran dosis de ilusión.

La entrada de uva en bodega fue tan limpia como siempre y no se descartó ni un solo racimo en el viñedo de Alto de Inazares. Tampoco fue necesaria ninguna descarga. El clima acompañó.

Mosto de la Pinot Noir 2020

La maduración fenólica fue lenta y plena, sin sobresaltos ¡De libro!

En las parcelas de Bullas la cosecha también fue espectacular en calidad y cantidad.

La Pinot Noir de la suerte La Cuestecita se pisó levemente. Gran parte de los racimos quedaron enteros para una fermentación carbónica, y en busca de una máxima frutosidad del vino.

Leve pisado de la Pinot Noir 2020 para una fermentación carbónica

La bodega

Este año ampliamos la bodega con la puesta en marcha de un nuevo módulo Reefer destinado a la guarda del vino y la entrada de la uva, permitiendo mantenerla a la temperatura de 8ºC hasta el instante de la vinificación.

Por primera vez pudimos elaborar una pequeña cuvée de Riesling y otra de Gewürztraminer.

Ya son 14 los depósitos que componen el área de vinificación de la bodega. Los hay desde 100 hasta 5.000 litros. Cada vino exige una atención específica y los medios precisos para una cuidada elaboración. La bodega sigue creciendo con el proyecto.