

La fauna nos ha dado poca tregua.
Desde primeros de septiembre los paseos por el viñedo han sido continuos; saboreando las uvas de día y montando guardia a los jabalíes de noche.
A pesar del ataque de estorninos, y los tordos de la mañana anterior, el 19 de septiembre se hizo la vendimia en Vinazares.
Tan solo recolectamos el 50% de los racimos que dos días antes colgaban de nuestras cepas.
El trabajo a sido manual. Los racimos, que no llegaban a 150 gramos, se transportaron en espuertas de ocho kilos.
La selección y limpieza de uva se ha realizado racimo a racimo, apartando las bayas dañadas por el granizo, las pasificadas y los restos de hojas secas.
Del pago del Majal, en Bullas, aportamos la Monastrell, que tuvo una cosecha abundante y excelente, para completar la primera vinificación de los dos primero vinos de este apasionante proyecto.
De Inazares a Jaén, el transporte a bodega se realizó la mañana del 20 de septiembre atravesando de Este a Oeste la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas

