El Clima 2018

Aunque compartimos la filosofía de la biodinámica, aún estamos iniciándonos en la práctica. Nos queda un largo camino de observación para la implementación de sus preceptos en nuestro viñedo.
Nos ha sorprendido gratamente el nivel de acierto que se puede obtener de un estudio concienzudo del calendario lunar y astral.  Ello nos ha permitido adelantarnos con tratamientos preventivos, retrasar las prácticas de poda en verde y lograr una eficacia mayor que en años anteriores.
El temporal de invierno se extiende hasta mediados de abril. Hasta ese momento las temperaturas máximas se mueven entre 1ºC y 8ºC, alcanzando excepcionalmente los 10ºC necesarios para que la planta inicie el lloro.
Febrero y marzo han sido especialmente lluviosos. El invierno nos ha dejado tres nevadas copiosas.
Abril se muestra atípicamente gélido, pero el día 17 se abre paso el buen tiempo y el 25 las yemas están a punto de brotar.
El 27 de abril tenemos la primera granizada, que nos coge a pie de finca. Gracias a la predicción del calendario de María Thun, nos adelantamos y colocamos las redes mucho antes de lo habitual. Las máximas han caído bruscamente y se mantienen entre 2ºC y 9ºC.
El 12 de mayo, cuando la temperatura alcanza los 17ºC, florecen las amapolas, que sólo aparecen los años de primaveras muy lluviosas. Con ellas, las primeras inflorescencias del Chardonnay. Los brotes verdes ya miden de 3 a 8 cms, mientras que en Bullas, 700 metros más abajo y a 50 km de distancia, los brotes de las viñas superan ya los 20 cms.
El mes de mayo  está resultando especialmente inestable en toda la Península, con heladas, granizos y lluvias abundantes. En Inazares ha sido anormalmente frío.
El 2 de junio las lluvias traen una segunda granizada.
Los medios hablan de un mes de junio especialmente frío. Anormalmente, en el límite septentrional de Europa hay una inversión térmica. ¡Hace más calor allí que aquí! Comparamos la temperatura de Inazares con las regiones de Alsacia, Champaña, el Alto Ródano y Haro, comprobando que estamos permanentemente entre 6ºC y 10ºC por debajo, día tras día. Nuestros amaneceres aún no superan los 7ºC.
Finalmente se anuncia que la primavera ha sido la más fría en España, desde 1953.

 

A mediados de julio, las temperaturas son las habituales con máximas de 26ºC a 30ºC y mínimas de 14ºC a 18ºC. Sin embargo, la brisa es más fuerte y fresca. La humedad relativa del aire amanece entre 55% y 75% y baja hasta el 25% al atardecer.
No llueve en julio. El día 20 entramos en la canícula y las noches se hacen más templadas. ¡Podemos quitarnos el edredón para dormir!
Se alcanzan los 33ºC el día 23 de julio, pero la brisa del norte de España sigue trayendo despertares de 16ºC a 18ºC.
El 30 de julio entra una ola de calor por el Sur de la Península. Se produce la parada vegetativa.
Alcanzamos los 38ºC el día 4 de agosto. El envero se retrasa.
Los valores de índice UV se mantienen en niveles Extremadamente Altos durante todo el verano. En esta ocasión, el índice se mantiene Muy Alto de forma regular y, de forma menos frecuente, supera este valor.
El 9 de agosto cae una granizada de espanto en Inazares que rompe tejas y los cristales de casi todos los coches del caserío.
El 12  cae una cuarta granizada.

 

 

Los días siguientes llueve copiosamente y aparecen las primeras nieblas intensas sin brisas, y temperaturas que han caído a 22ºC.
La última semana de agosto se inicia la vendimia de blancas en Almansa, mientras en Inazares alternamos días claros con otros de niebla, y el envero aún no ha terminado su ciclo.
Los días 4, 6, y 8 de septiembre llueve copiosamente. La gestión del viñedo con 8 varietales se hace muy compleja. ¡Nuestro calendario solo nos muestra señales de una tregua para la segunda quincena!
Hasta el inicio del primer pase de vendimia, el 26 de septiembre, gozamos de unos días que alternan lluvias ocasionales con días templados de 22 a 24ºC y brisas que secan la uva y la dejan recuperarse.
A partir de ese momento, y hasta la recolección del Monastrell a finales de septiembre, el tiempo nos da tregua.