El Viñedo 2018

Este año se incorpora a nuestro equipo María José Fernandez Llamas en calidad de directora técnica del proyecto. Las deficiencias detectadas en la formación de la planta fueron analizadas con minuciosidad, y tras un análisis químico de todos los pagos, se tomaron decisiones drásticas respecto de la poda: podamos a primeros de abril como cada año para minimizar los daños por las heladas del mes de mayo.
En estos momentos primamos el objetivo de lograr un viñedo equilibrado y potente, sobre el de la producción. Nos importa una cosecha de alta calidad y un viñedo capaz de ofrecérnosla durante muchas décadas.
La poda ha sido radical. Se trataba de eliminar la madera vieja que se estaba apoderando de la planta y la dirigía hacia una vejez prematura. Hemos practicado una estricta poda a guyot simple, eliminando los segundos brazos que crecían vigorosos en detrimento de las cepas adyacentes plantadas en el año 2016. Esta tarea se extendió desde el 17 de abril al 7 de mayo.
Para la formación del nuevo brazo se seleccionó el pámpano de mayor desarrollo y mejor posicionado, desde la parte más baja de la planta.
Muchos propietarios no pueden asistir a este sacrificio. En nuestro caso hemos tenido que eliminar, de nuestra mano, brazos que nos daban una de las ya escasas botellas que habíamos cosechado hasta el momento.
Se han dejado 4 pulgares a dos yemas para prevenir las heladas. Buscamos 8 racimos por cepa, para una producción de 1,5 Kg/cepa.
Ya estamos en nuestro 7º año de plantación. La cosecha se prevé de unos 4000 kg, similar a la del 2017.
Las varas viejas de Viognier dieron un racimo o ninguno, mientras que las cepas con varas renovadas nos regalaron 1 o 2 racimos por pámpano. El año que viene remataremos la madera vieja que haya quedado.
Una vez sorteadas las heladas de mayo, se retiran los brotes superiores y se inicia una poda en verde meticulosa para conseguir el mejor equilibrio vegetativo. Además del típico espergurado, se procedió a eliminar todo el exceso de yemas que brotaron con vigor. Siguió un desnietado y un despuntado. Próximo a la cosecha se practicó un deshojado para airear los racimos,  de manera selectiva, en prevención de una botritis, por las condiciones climáticas tan adversas de este año.
Mantener el nivel óptimo de humus en el terreno es clave para nuestro viñedo. Para ello hemos introducido por primera vez un rebaño de 12 ovejas que pastan a sus anchas desde Navidad hasta que la planta se empieza a mover. Para reforzar la demanda de la planta, maltrecha por la poda tan severa a la que la hemos sometido, hemos aplicado 400 gramos de estiércol ecológico procedente de ovejas en extensivo. Esta práctica se ha llevado a cabo, aprovechando el calado de la nieve, los días RAIZ del mes de febrero, conforme al calendario de agricultura biodinámica de María Thun. También se ha practicado un laboreo durante los días RAIZ del mes de abril, una vez finalizada la poda.
El calendario lunar y astral nos ha permitido este año anticiparnos con un grado de acierto del 95% a los temporales y tormentas de granizo. Gracias a ello conseguimos evitar una granizada temprana el 27 de abril que se adelantó 45 días a lo que suele ser habitual. El 15 de abril empezamos a colocar las redes y ...
¡¡Nos libramos del primer susto!!
Dos pases de azufre han sido suficientes para mantener a raya el oídio y las plagas. Esta práctica se realizó los días HOJA del calendario.
Especialmente, ha sido de gran valor el seguimiento del calendario en las fechas anteriores a la cosecha. Ya preveíamos en mayo que la cosecha se retrasaría hasta octubre. Hemos podido aguantar sobre la cepa una parte de los racimos que han permitido diluir el efecto de las lluvias persistentes, mientras también era necesario descargar la planta dañada por el granizo, para que pudiera alimentar suficientemente la carga de su producción.
El ciclo biológico vino marcado por una brotación tardía que se estancó hasta el 8 de marzo, cuando empezó el desborre de la Gewürztraminer. El 18 de mayo aparecieron las inflorescencias del Chardonnay. El 14 de junio vino la división, y el 30 de junio la floración y luego el cuajado que fue uniforme en todo el dominio excepto en el pago del Calar de la Zorra, donde los vientos del noroeste de esos días afectaron especialmente. El envero del Pinot Noir se inició el 20 de agosto y se prolongó hasta el 1 de septiembre.